¿CUÁNTOS PALOS DE FLAMENCO EXISTEN?

Más que tipos de baile, hay tipos de palos flamencos, que afectan igual al cante, al toque o al baile. Cada uno tiene su compás, su origen, un tipo específico de letra y una música y compás que los hace singulares.

Sería eterno responder a la pregunta de cuántos palos de flamenco existen porque hay decenas de palos, pero si hablamos de bailes, estos son los más comunes:

·    Soleá. Es la madre del cante. Lenta, con compás de 3 x4 (12 tiempos), es un palo triste que se baila con peso, con jondura. Las letras hablan de penas, de pérdidas, de amor, de muchos otros temas pero siempre con sentimiento profundo. Se bailan las letras que el bailaor quiera, luego una escobilla de pies (zapateado) y suele terminar por bulerías.

·    Alegrías. Con origen en Cádiz, es un palo de la familia de las Cantiñas, junto al Mirabrás, la Romera… y también un compás de 3 x 4 (12 tiempos) pero más ligero de ritmo, se caracterizan por la musicalidad los tonos de la guitarra. El baile por alegrías a veces comienza por una entrada de cante antes de la letra; tras la letra (suelen ser dos o tres, pero lo decide el bailaor/a), viene el silencio y después, la castellana, a la que sigue una escobilla de pies o zapateado. Las alegrías se suelen terminar por bulerías, casi siempre bulerías de Cádiz o de Jerez.

·    Tangos. Hay mil variedades de tangos (de Málaga, del Piyayo, etc.), y coinciden en que todos tienen como base el compás de 4 tiempos (el mismo que tiene la rumba, otro palo muy bailable). Los tangos son, como las alegrías o las bulerías, otro palo festero.

·    Bulerías. Es uno de los palos que más respeto da a la hora de bailar, pues su ritmo endemoniado (compás de 3 x 4 pero más rápido que las alegrías) hace que necesites mucho oído y muy buena técnica si quieres bailarlo bien y dominando el compás. Es el cante festero por excelencia y se usa solo, como culmen de otros bailes (ej. soleá, alegrías) y también como el palo natural para lo que en flamenco se denomina “fin de fiesta”, el bis tras un espectáculo. Aunque sea difícil de bailar, es un palo muy popular. Bailarlo profesionalmente y con peso es complicado, pero cualquier aficionado al flamenco se aprende una pataíta por bulerías, un trozo pequeño de baile que tenga algo de letra, algo de zapateado y una salida. Es lo que se utiliza para desenvolverse con soltura en unos pocos segundos de baile durante esos ‘fin de fiesta’ en los que hasta los músicos tienen que hacer su patá por bulerías.

·    Farruca. Con origen en Galicia (“Una farruca en Galicia /amargamente lloraba/ porque a la farruca / se le había muerto el farruco / que la gaita le tocaba”), no es un palo que se baile mucho porque tiene mucha dificultad y exige un nivel alto de ejecución. Es más un baile de hombre que de mujeres, aunque Carmen Amaya lo hizo suyo y se convirtió en un símbolo abordándolo vestida como se viste habitualmente un hombre para este baile: con un traje corto andaluz (pantalón alto de talle y muy ceñido, y chaleco y chaqueta torera corta).

·    Fandangos. Otro de los cantes que más derivaciones tiene por regiones, el fandango es un cante muy popular en Huelva -donde nació- y tiene un compás de 12 tiempos (que se suele tocar en tiempos de 3 o de 6, que definen mejor el ritmo de este palo).

·    Sevillanas. Es quizá el palo menos flamenco (a caballo entre el flamenco y el folclore andaluz), pero es con diferencia el más conocido y el que más personas bailan. Su compás es parecido al fandango (3 tiempos), y se compone de 4 sevillanas con sus letras, que tienen siempre una misma duración (18 compases), y una misma estructura de baile: paseíllos, pasadas, careos y remate. Hay muchos tipos de sevillanas: corraleras, flamencas, rocieras…

·     Cantiña. Por su parte la cantiña es considerada como uno de los palos que se encuentra constituido por un estilo de flamenco que se genera de una manera más exacta al expresar el sentir del entorno gaditano.